De cuando te subestiman

''A ti no te gusta el fútbol, solo te gusta ver a los futbolistas''
''Tú qué vas a saber de (Insertar tema), no sabes y ya''
''¿Tú leyendo?, de seguro solo cargas libros para aparentar''
''No me digas, de seguro fuiste a ligar a x lugar''


Siempre me ha dado flojera demostrar que las personas están equivocadas, a veces lo intento pero me he acostumbrado a decir cualquier cháchara y seguir adelante. La frases anteriores son el tipo de comentarios que he recibido últimamente, de alguna manera las personas tienen una imagen negativa sobre mi persona, me está costando ser tomada en serio, me cuesta trabajo NO ser subestimada, me cuesta trabajo hacer lo que me gusta y en ocasiones me esfuerzo más de la cuenta llegando a descuidar otros aspectos de mi vida para lograr una finalidad. 

No había ahondado en ello, es decir, voy distraída y ocupada en multitud de cosas que no vi lo que fui construyendo sin querer. En sí no estoy molesta, solo decepcionada, decepcionada de mi incapacidad para demostrar mi potencial. Porque he de agregar que no acostumbro mostrarle a todo el mundo lo que más amo y lo que mejor sé hacer: escribir, y no me estoy refiriendo a este blog, me refiero a mi trabajo verdadero, a mis novelas y guiones que son buenos y solo mis ojos han visto.

¿Por qué no muestro mi trabajo? es una de las dudas que tengo, pero en mi defensa he de admitir que en numerosas ocasiones lo he intentado pero siempre ocurre algo que impide a mi intuición hacerlo, de alguna manera nunca es el momento, y a veces nunca es el momento para demostrar nada y tengo las ideas y nunca las digo y alguien más las dice y...

El punto es que ya lo sé, más de uno me cree estúpida, me creen incapaz de diferenciar una obra de Debussy de una de Vivaldi, tienen la idea de que me estoy pudriendo en ignorancia y de que lo mejor que sé hacer es coquetear con hombres (digo con hombres porque en estos tiempos es importante definir), se sorprenden si llego a rescatar un pasaje de las obras de Huxley (Aldous, por supuesto)...

Y ni para que negarlo, ciertamente no estoy conforme, no me gusta esa imagen sobre mi persona, sé que soy juguetona y bromista además de que trato de evitar la seriedad (es decir, el permanecer con cara de tener algo atorado en el trasero), pero es que en estos días hacen falta personas que sepan sonreírle a la vida, trato de ser amable y no por quedar bien sino porque sé muy bien lo que se siente que todos te den la espalda cuando ocupas un favor, en pocas palabras me gusta la empatía, hablo con todos y sé que a veces no encuentro el modo de callarme, pero no significa que me sea un payaso alegra fiestas.

 Entiendo que el tema de los hombres es como una especie de gag en mi vida, pero eso no significa nada porque al final solo son palabras, porque no dejo de ser una romántica empedernida aunque usted no lo crea; sin embargo nada puedo hacer ya, la imagen negativa continúa, soy una alocada y si se me sube el alcohol es porque soy una ebria, no lo negaré, si bebo, pero ya por lo que sea soy adicta a algo. 

Es triste dejarse llevar por impresiones simples, es decepcionante que no nos tomemos el tiempo para realmente conocer a los demás, y me incluyo, nos dejamos llevar por nuestros prejuicios y demonios internos al grado de olvidar que el resto del mundo tiene ideas y hay quienes podemos hacer favores sin pedir nada a cambio, porque comprendemos que el mundo se ha convertido en un bodrio.

Afortunadamente, la relación con mi familia es excelente, y me atrevo a decir que sino fuera por ellos lo anterior me habría lastimado de verdad, porque obvio, me duele pero no por los demás, sino por mi, y porque sé muy bien que a más de los que imagino les ha pasado. Pero no, yo no voy a aceptarlo.




Recomiendo este cortometraje que encontré mientras navegaba en la madrugada.

Au Revoir!

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